lunes, 18 de noviembre de 2013

SI ME VOY ANTES QUE TÚ


SI ME VOY ANTES QUE TÚ


Si me voy antes que tú, no llores por mi ausencia; alégrate por todo lo que hemos amado juntos.

No me busques entre los muertos, en donde nunca estuvimos; encuéntrame en todas aquellas cosas que no habrían existido si tú y yo no nos hubiésemos conocido.

Yo estaré a tu lado, sin duda alguna, en todo lo que hayamos creado juntos: en nuestros hijos, por supuesto, pero también en el sudor compartido tanto en el trabajo como en el placer, y en las lágrimas que intercambiamos

Y en todos aquellos que pasaron a nuestro lado y que, irremediablemente,  recibieron algo de nosotros, y llevan incorporado -sin ellos ni nosotros notarlo- algo de ti y algo de mí.

También nuestros fracasos, nuestra indolencia y nuestros pecados serán testigos permanentes de que estuvimos vivos y no fuimos ángeles, sino humanos.

No te ates a los recuerdos ni a los objetos, porque dondequiera que mires que hayamos estado, con quienquiera que hables que nos conociese, allá habrá algo mío. Aquello sería distinto, pero indudablemente distinto, si no hubiésemos aceptado vivir juntos nuestro amor durante tantos años; el mundo estará ya siempre salpicado de nosotros.

No llores mi ausencia, porque sólo te faltará mi palabra nueva y mi calor de ese momento. Llora, si quieres, porque el cuerpo se llena de lágrimas ante todo aquello que es más grande que él, que no es capaz de comprender, pero que entiende como algo grandioso, porque cuando la lengua no es capaz de expresar una emoción, ya sólo pueden hablar los ojos.

Y vive. Vive creando cada día, y más que antes. Porque yo no sé cómo, pero estoy seguro de que, desde mi otra presencia, yo también estaré creando junto a ti, y será precisamente en ese acto de traer algo que no estaba, donde nos habremos encontrado. Sin entenderlo muy bien, pero así, como los granos de trigo que no entienden que su compañero muerto en el campo ha dado vida a muchos nuevos compañeros.

Así, con esa esperanza, deberás continuar dejando tu huella, para que, cuando tu muerte nos vuelva a dar la misma voz, cuando nuestro próximo abrazo nos incorpore ya sin ruptura a la única creación, muchos puedan decir de nosotros:

 si no nos hubiesen amado, el mundo estaría más triste.


Anónimo.

Un futuro a tu alcance


Como si de una película se tratara...

Te imaginas ser la protagonista de ella, la actriz principal, a la que le suceden momentos inexplicables, ves como la gente entra y sale de tu vida, como hay lazos que quedan atrás y otros que se anudan para encontrarte en un futuro con ellos... gente que vuelves a ver y gente que duró un suspiro.
Gente con la que creíste cruzarte, gente corriente, gente pequeña, y gente grande...
gente con alma y gente con dueño, y copias... miles de copias todavía pendientes de su aprendizaje.

Imaginas... si todas aquellas cosas de cuentos disney, sucedieron de verdad, o sólo fue un sueño, un suspiro... un instante... de algún camino de tu vida, de alguna de esas partes tridimensionales en las que decimos vivir, en las que la gente corriente deja de existir y sólo estáis vosotros.

O sólo fue el instante para acercarme hacia mi ángel...

En cualquiera de los casos, doy gracias, pero no es justo...

No entiendo porque quiero retenerte, no entiendo porqué noto la sensación de ahogo, cuándo no estas... y cuándo no estás...  me falta vida, me falta aire, me consume el mundo.

Sigo dando gracias, pero explícame lo que pasa...

Porqué no cuadra nada...

Porqué mi vida, sin quererlo se convierte en un saco de mentiras.

Y sigo dando gracias, pero no lo entiendo.

martes, 5 de noviembre de 2013

Lo intento

Y lo intento... 


Nadie puede decirme lo contrario... 

Cada noche, al cerrar mis ojos, intento transportarme cerca de ti, allá dónde estés... donde habites, vivo o muerto, ya no lo sé.
Pero mi inconsciencia no me lo permite, me aleja de ti.

Tengo miedo de olvidarte,
de que mis días pasen y no encontrarte... 
y que formes parte de un pasado.

No quiero verte así, quiero que sigas formando parte de mi día a día, quiero que sigas aquí, escucharte reír, sentirte... como lo hacía hace meses.
Pero ya no te siento.

No se nada de ti, me siento hueca, hundida, vacía... 

Y no quiero sentirme así, pero hay días que no puedo evitarlo, deseo tanto alcanzarte, deseo tanto que estés bien.

Estás clavado en mi pecho.



Ésto no se hace a un amigo...

Debería ponerte como dice Grey en los "límites infranqueables" pero todos sabemos que cuándo vuelves a aparecer... mi dolor se va... 
Debería castigarte por todo el daño que me causas... 
Y que yo a su vez, le causo a otra gente que le importo...

Debería alejarme...
pero no puedo.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Sentimiento -2-

Pienso, cuándo la gente corriente comenta lo que es el amor... a otra mitad, lo completo...
Quizás no desde el punto de vista de "dos personas enamoradas".

Pero desde dentro de mi, si te veo así, eres mi mitad, esa que completa mi naranja.

Eres mis primeros buenos días, mis ganas de contarte cada cosa que me pasa, cada momento que tengo, cada situación que vivo, eres ese ser completo para mi. Mis pies y mi cabeza, mi cerebro, mi sonrisa.

Eres mi vida, y sin ti, siento que el mundo se cae sobre mi, no me encuentro ubicada en este plano general de mi vida, no entiendo, nada de las cosas que me pasan, no entiendo, mis idas y venidas, mi malos errores, las ganas que antes tenía y ahora se pierden entre rendijas  abiertas, en el suelo, donde habitan mis pies.

Me dejaste vacía... 


Los caminos...
No son caminos, son laberintos dónde no logro alcanzarte.

Y me siento cansada. Me siento a esperar que todo pase, porqué no sé qué hacer, es tal la impotencia... No encuentro remedio alguno a mi caminar. No sé qué camino escoger, no sé a quién coger de la mano, cuándo ya diste el alma.

Me encuentro perdida.

E intento ir hacia delante, viendo los destellos que asoman por mi camino.
Pero la negatividad de las personas de mi entorno, no hace más que escabullirse desde dentro de su caja... y proporcionarme la existencia de la duda, de tu palabra.

No quiero ver que me engañaste.

Quiero que sigas aquí, como siempre has estado, al extremo de ese lazo que nos une.