lunes, 9 de noviembre de 2015

Ausencia en duelo



Dos meses fuera del mundo, dos meses desconectada del universo, no sé bien porqué entré a escribir, supongo que pensaba que había pasado mucho más tiempo que simplemente dos meses... 

Me hice tantas preguntas, obtuve ninguna respuesta, lloré, reí, pataleé, sin saber como sonreía y sin saber como sentía un dolor inmenso, no sé bien qué es lo que hago aquí.

Antes de anoche soñé con mi padre, sí, el que partió a una mejor vida, hace ahora cinco putos meses...
Soñé que estaba en la iglesia que él frecuentaba (dentro) y veía a dos personas casarse, y allá en el fondo, en ese primera línea lateral derecha, estaba sentado él con mi madre y lo vi levantarse y caminar hacia mí, (mientras mi madre le decía, "¿qué haces?, ¿dónde vas?y el le replicaba ese "calla, voy a ver a la sagala") haciendo todo lo que hacía el, ¿no?, sonreía mientras caminaba con la cabeza bajada y saludaba a todo aquel que le miraba a su paso... siempre le recordaré así.  Llegaba hasta mi, con el traje que se compró para mi boda, con la corbata a cuadros grises y camisa blanca... 

Y se convertía en un cara a cara, el resto del mundo desapareció y nos encontramos sentados como con una mesa por media hablando, él me decía, "bueno qué, ¿qué tal?" y yo le respondía "bien, aquí..." (nunca hubo muy buen diálgo al menos extenso, siempre hablábamos de como estás o como está la tía fulanita... o sabías qué... pero nunca le dije un te quiero, como el día antes de su muerte) Hasta que me di cuenta, se abrió ese lado consciente de mí, y me dije "¿si mi padre está muerto? ¿como es posible que esté hablando con él?" no hacía más que repetirle cuánto lo quería, "no olvides jamás, que te quiero" y acto seguido me desperté... con el pecho encogido, un nudo en la garganta intentando asimilar el rato soñado. Y seguía repitiéndome, te quiero, te quiero, no lo olvides jamás de que te quiero...

Creo que fue esa despedida que jamás nos dimos... y me duele tanto... tanto que solo hablar de ello no puedo evitar romper a llorar... 

Me consuela ése último beso que le dí a escondidas, no sé como será el resto de gente con sus padres, a mí me hubiese gustado ser más cariñosa, pero conviví en casa con cuatro hermanos más, pero entonces no era un hogar donde reinaban los besos y los abrazos, ni las muestras de cariño, nos queríamos y nos queremos y somos felices así, pero por vergüenza o por vete tu a saber qué, jamás (que yo recuerde) jamás le dije un "te quiero" público ni a mis hermanos ni a mis padres... y es inevitable echar las vista atrás y recordar la infancia y las riñas constantes que tenía con mi padre y ahora, cuánto y cuánto lo echo de menos... y cuánta razón tenían en sus consejos y muchos más etcéteras que siguen...

Eso es, ya sé porqué estoy aquí, vine a vaciar mi alma...
En el pecho ya no me cabe nada más y necesito vaciarlo... para que nuevas experiencias entren en mi vida... debe ser eso.

Hoy tengo el gran defecto de decir todo lo que siento, quizás algún día las palabras no salgan de mi boca, ni de mis dedos, sin duda creo que estaré jodida... 

Sé que ésto no viene a nada, pero es que brotan pensamientos pasados, y pienso y repienso, pero no me arrepiento. Porque di mi opinión, mi punto de vista, quizás no sea el mismo que el tuyo, eso no me importa, pero fue el mío y siento si... nada, lo dejo aquí.

Me quedo con la esperanza de que fui una buena hija, sin duda, tú para mí, fuiste el mejor padre.