Me adentro en lo profundo que hay en ti…
y observo… tu respiración,
el palpitar de tu corazón,
y noto… como te atrapa la voz.
Y abro los ojos, y estás ahí… aquí,
tus caricias me envuelven,
y me ahogan,
con un terciopelo caramelizado.
Tus besos, con sabor a miel y limón,
dulces y ácidos, cual desgarro placentero.
Y te muerdo, me muerdo… me muerdes…
y exhalo un sentimiento…
una necesidad…
Y llego a la paz…
de volver a desearte de nuevo.
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